Desde mediados de septiembre de 2022, cuando la muerte de la joven kurda Mahsa Amini desencadenó protestas masivas en Irán, las autoridades de la República Islámica han ejecutado al menos a 2910 personas, según datos de la organización Iran Human Rights.
Entre los condenados a muerte figuran 83 mujeres, 37 presos de conciencia y 14 manifestantes, la mayoría vinculados al movimiento “Mujer, vida, libertad”, surgido tras el fallecimiento de Amini. Además, cuatro menores de edad han sido ejecutados en este periodo.
Más de la mitad de los ajusticiados fueron procesados por delitos relacionados con drogas. Según los defensores de derechos humanos, muchos de ellos pertenecían a las capas más vulnerables de la sociedad, en particular a la minoría baluchi.
El director de Iran Human Rights, Mahmud Amiri-Moghadam, subrayó que, aunque la mayoría de los ejecutados habían sido condenados por delitos no políticos, el objetivo de la represión es “sembrar el miedo en la sociedad y evitar futuras protestas”. Según él, el líder supremo de Irán es consciente de que unas movilizaciones de carácter nacional podrían amenazar la continuidad de su régimen.
Amiri-Moghadam denunció que en la mayoría de los casos los condenados sufrieron torturas y malos tratos, además de ser privados de un juicio justo.
«La ejecución de casi tres mil personas sin el debido proceso legal y con la finalidad de sembrar miedo en la sociedad debe ser investigada por la Misión de la ONU para la determinación de los hechos como un ejemplo flagrante de crímenes de lesa humanidad», afirmó.
De acuerdo con la organización, los tribunales iraníes dictaron 834 condenas a muerte en 2023 y 975 en 2024. Solo en lo que va de 2025 se han registrado 938 ejecuciones, una cifra que, según analistas, podría aumentar antes de que termine el año y superar el récord del ejercicio anterior.
ℹ️ Mahsa Amini, de 22 años, fue detenida el 13 de septiembre de 2022 por la policía de la moral por “llevar mal el velo”. Según la versión oficial, sufrió un infarto y un derrame cerebral bajo custodia. Sin embargo, activistas denuncian que fue brutalmente golpeada por los agentes. Amini fue trasladada a un hospital, donde falleció el 16 de septiembre.
Las manifestaciones tras su muerte se extendieron por todas las grandes ciudades del país hasta diciembre de ese año, bajo el lema “Mujer, vida, libertad”. En tres meses, centenares de personas murieron y miles fueron arrestadas. Las protestas consiguieron que muchas mujeres dejasen de llevar velo en público, pero poco después las autoridades reanudaron la persecución contra quienes aparecían sin pañuelo en la calle.



