Los glaciares del Pamir, que durante mucho tiempo se consideraron resistentes al proceso de calentamiento global, han comenzado a derretirse a gran velocidad. Así lo constataron científicos del Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria (ISTA) durante una expedición en Tayikistán, según informa Asia-Plus a partir de un estudio internacional.
El equipo instaló en el glaciar Kyzylsu, en la zona noroeste del Pamir, una estación climática que permitió modelar el comportamiento de toda la cuenca hidrográfica en el periodo 1999-2023. Los resultados mostraron que, desde 2018, el balance de masa del glaciar cambió de forma drástica debido a la disminución del manto nival y a un déficit de precipitaciones. Según los investigadores, se ha superado el “punto de no retorno”, que marca la transición hacia una fase de deshielo acelerado.
La profundidad media de la capa de nieve se redujo en 40 cm y las precipitaciones anuales cayeron en 328 mm, lo que equivale a una disminución del 28%. Como consecuencia, el glaciar comenzó a derretirse ocho veces más rápido que antes de 2018.
Los científicos consideran que este fenómeno pone en entredicho la llamada anomalía del Pamir-Karakórum, según la cual los glaciares de Asia Central mantenían su estabilidad incluso en un contexto de calentamiento global. La pérdida de estos recursos amenaza con el agotamiento de ríos como el Amu Daria, con graves riesgos para la seguridad hídrica de millones de personas. La escasez de agua afectaría al riego agrícola, a la generación hidroeléctrica y aceleraría la degradación de los ecosistemas.
El estudio también advierte de que el deshielo no supone un aumento neto del caudal de los ríos de montaña. En comparación con el periodo 1999-2018, el caudal total se redujo en 189 mm. Aunque la proporción de agua glaciar pasó del 19% al 31%, esto no compensó la falta de precipitaciones.
Los datos satelitales empleados por los investigadores confirman un panorama preocupante: la reducción de nieve y lluvias no es un fenómeno aislado del glaciar Kyzylsu, sino una tendencia general en todo el noroeste del Pamir.
Los expertos alertan de que el rápido retroceso glaciar no solo conducirá a un déficit hídrico, sino que también podría poner en riesgo la seguridad climática, con implicaciones que van mucho más allá de Asia Central.