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Una comisión médica, tras realizar una inspección en instituciones correccionales de Turkmenistán, descubrió una gran cantidad de reclusos diagnosticados con tuberculosis o VIH (virus de inmunodeficiencia humana). Así lo informa Turkmen.news, citando sus propias fuentes en uno de los organismos de seguridad de la república.
Según funcionarios familiarizados con la situación, los médicos efectuaron fluorografías y tomaron muestras de sangre para análisis durante las visitas a los reclusos. Los resultados revelaron que en cada prisión se registró un número determinado de personas con infección por VIH y tuberculosis, incluidos casos en forma abierta. La situación es especialmente grave en la colonia de régimen estricto LB-E/11, situada en la provincia de Lebap.
Muchos pacientes fueron trasladados al único hospital penitenciario del país, ubicado en la provincia de Mary. Como resultado, la institución quedó sobrepoblada, con escasez de médicos y medicamentos, y una notable falta de camas. Por ello, algunos reclusos fueron alojados al aire libre.
Turkmen.news añade que una situación similar se produjo en el otoño de 2023. Sin embargo, en aquella ocasión la causa no fue una epidemia en las colonias, sino la corrupción. Se descubrió que algunos reclusos compraban certificados médicos falsos sobre enfermedades para cumplir sus condenas en condiciones más cómodas. Tras la divulgación mediática del caso, se destituyó al director de la institución médica, los pacientes fueron devueltos a sus prisiones y, de inmediato, mejoraron la alimentación y el suministro de medicamentos para los enfermos reales.
Actualmente, el problema es más agudo y se desconoce cómo lo resolverán los funcionarios de los ministerios del Interior y de Salud.
Al mismo tiempo, se observan claros casos de negligencia hacia los reclusos. Por ejemplo, con frecuencia se aloja a prisioneros con tuberculosis en las mismas celdas que personas sanas, incluso aquellas condenadas por delitos menores de uno o dos años. Solo se traslada al hospital penitenciario a los reclusos con la forma abierta de la enfermedad.
Para los positivos de VIH, la situación es aún más grave. Turkmenistán reconoció recientemente la propagación del virus de inmunodeficiencia en el país y aprobó un protocolo de tratamiento. En la práctica, según la publicación, el tema sigue siendo extremadamente tabú, lo que provoca una alta mortalidad entre los reclusos infectados.
Cabe mencionar que, en 2023, los ministerios del Interior y de Salud elaboraron un documento interno sobre la prestación de atención médica en los centros penitenciarios de Turkmenistán. En particular, se establece que las prisiones deben contar con consultorios médicos, de enfermería y de procedimientos, equipados con el instrumental necesario, incluido un bloque quirúrgico menor. Además, los funcionarios detallaron normas sanitarias, protocolos de alimentación, estándares de atención psiquiátrica y otros aspectos. En la práctica, sin embargo, ningún punto de este reglamento se cumple.
