El Consejo de Directores Ejecutivos del Banco Mundial (BM) se negó a realizar una investigación sobre los posibles riesgos medioambientales asociados a la construcción de la central hidroeléctrica de Rogún en Tayikistán. Así lo indica un comunicado de prensa publicado en el sitio web del fondo público “Ríos sin Fronteras”.
De este modo, los representantes de la institución financiera no tomaron en cuenta la queja de los residentes de Uzbekistán y Turkmenistán, cuyas viviendas se encuentran en la parte baja del río Amu Daria. Precisamente este grupo, a través de instancias internacionales, solicitó el estudio de la situación, suponiendo que la edificación de la hidroeléctrica podría ocasionar problemas medioambientales y socioeconómicos.
Sin embargo, la dirección del Banco Mundial no dio curso a la solicitud, argumentando que solo los residentes del país que recibe financiamiento tienen derecho a plantear tales quejas; en este caso, Tayikistán.
Según los integrantes de la coalición Rogun Alert, que reúne a “Ríos sin Fronteras” y varias organizaciones ambientalistas, el BM empleó una razón formal para evitar la discusión sobre los impactos medioambientales y sociales reales en la región. Hicieron especial referencia a la escasez de recursos hídricos, el deterioro de la calidad del agua, la degradación de los ecosistemas y el posible desplazamiento forzado de miles de personas.
La comisión de inspección de la institución, tras monitorear la construcción de la hidroeléctrica tayika en junio de este año, recomendó al banco iniciar una investigación. En ese momento, los expertos constataron que la realización del proyecto podría dañar el entorno natural. No obstante, el consejo de directores rechazó la recomendación, esgrimiendo normas internas. Cabe precisar que en 2010 se examinaron quejas similares de residentes uzbekos respecto a la central de Rogún.
“El hecho de que la comisión de inspección recomendara abrir una investigación confirma la legitimidad de las preocupaciones de los residentes de Uzbekistán y Turkmenistán. La negativa del consejo de directores basada en formalidades jurídicas parece un intento de eludir la responsabilidad ante las complejas y desestimadas consecuencias transfronterizas del proyecto, que podrían agravar la vida de millones en el bajo Amu Daria”, señaló Yevgeny Simonov, experto principal del fondo “Ríos sin Fronteras”.
El experto subraya que la situación podría sentar un precedente peligroso para toda Asia Central, donde el tema del agua es crucial. Además, las acciones del BM incrementan los factores negativos; por ejemplo, es poco probable que los desplazados reciban una compensación justa y las autoridades de Tayikistán no tendrán motivos para modificar el proyecto, incluso si surgen amenazas graves para el ecosistema local.
Como precisan los ambientalistas, el Banco Mundial no toma en cuenta las opiniones de los habitantes de la región, a pesar de que el proyecto hidroeléctrico de Rogún asegura la seguridad transfronteriza. Pero frente a objeciones reales de las comunidades, sus voces quedan silenciadas por barreras procedimentales.
Al mismo tiempo, los representantes de Rogun Alert afirmaron que seguirán observando la situación y buscarán vías alternativas para proteger los derechos medioambientales de las personas cuyos intereses fueron ignorados por el BM.
ℹ️ La central hidroeléctrica de Rogún es el proyecto energético más grande de Tayikistán. Se planea terminar todas las etapas de su construcción para finales de 2031.
Actualmente, funcionan dos unidades de 600 MW cada una. Tras la finalización del proyecto, Rogún será la mayor hidroeléctrica de Asia Central, con capacidad instalada de 3.600 MW y una producción eléctrica anual de entre 13 y 17 mil millones de kWh.